Por Guillermo Vega Fischer *
Dentro de las artes contemporáneas existen dos espacios ideales y antagónicos, la caja blanca de las artes visuales y el cubo negro de las escénicas. El primero tiene su recinto real en los museos y galerías de arte, el segundo en los teatros. Digo antagónicos, porque considerando la teoría del color, el blanco es la presencia de toda la luz o la ausencia de pigmentos, mientras que el negro es la ausencia de luz o la combinación de todos los pigmentos. En definitiva, cada una de estas artes buscan la neutralidad en el blanco o en el negro para, de alguna manera, hacer ausente al espacio que cobija y que solo nos detengamos en lo que el artista quiere exhibir, una pieza teatral, o una escultura, por ejemplo.
Actualmente el Museo de Arte Moderno, caja blanca de las artes contemporáneas por excelencia en la ciudad de Buenos Aires, recibe al cubo negro en el año curatorial titulado Arte Es Teatro, dedicado a dar visibilidad a la potencia del diálogo entre las artes visuales y el teatro en la Argentina desde los años 60 hasta la actualidad. Se inauguró en tal marco la semana pasada la exhibición Máquina teatro: el Periférico de objetos. Efectivamente, ingresamos a un espacio negro, vacío, donde focos iluminan escenas, cada una de ellas instalaciones con objetos, videos y muñecos de las diversas obras que el grupo teatral El Periférico de Objetos llevó a cabo durante sus años de existencia, entre 1990 y 2009. El Periférico de objetos [cito el texto curatorial] fue un grupo que renovó las escena experimental del teatro de Buenos Aires a lo largo de dos décadas, bajo la dirección de Ana Alvarado, Emilio García Wehbi y Daniel Veronese, con la participación de Román Lamas. Reunidos inicialmente en el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín, los protagonistas comenzaron a imaginar otras posibilidades para las obras de títeres tradicionales. Al calor del impacto que produjeron artistas como Tadeusz Kantor, Pina Bausch o Dominique Houdart, el grupo estrenó en 1990 en el Parakultural su primer espectáculo, Ubu Rey, punto de origen de un radical tratado escénico sobre el cuerpo, los objetos y la memoria.
Esta exhibición dentro del marco de Arte Es Teatro, curada por Alejandro Tantanián, era obligada en el Museo de Arte Moderno de la ciudad. El Periférico de Objetos inventó en Argentina el concepto de teatro de objetos —la forma artística que utiliza objetos inanimados como protagonistas para contar historias—. En tal sentido, el grupo innovó y profundizó el vínculo entre el teatro y las artes visuales, mediante sus «títeres ready-made» y de su influencia en el desarrollo del formato «instalación» en nuestro país.
Con Ubu Rey, pieza teatral del patafísico Alfred Jarry, comedia irreverente que abre hacia la vanguardia la escena teatral, con su estreno en París en 1896, El Periférico de Objetos se ubicó en la vereda de lo rupturista. No es menor su estreno en el Parakultural, reducto de la vanguardia underground porteña de mediados de los años 80 y principios de los 90.
Filmina autoadhesiva diseñada para Ubu Rey.
Le siguió Variaciones sobre B…, sobre textos de Samuel Beckett —dos obras de teatro breve, Acto sin palabras y Catástrofe, y la nouvelle Primer amor—. En esta pieza, además de los clásicos títeres, incorporaron muñecos hallados en la calle o comprados en anticuarios, sus «títeres» ready made. La obra se estrenó en el Centro Cultural Recoleta en 1991, la dramaturgia y dirección fueron de Daniel Veronese, la asistencia de dirección de Ana Alvarado, y los intérpretes, Emilio García Wehbi, Ana Alvarado, Román Lamas y Paula Nátoli.
La exhibición monta instalaciones de El hombre de arena, de 1992, sobre el cuento homónimo de E. T. A Hoffmann y el ensayo sobre lo siniestro que Freud escribió en relación a aquel relato; Máquina Hamlet, de 1995, sobre la obra del dramaturgo y escritor alemán Heiner Müller, escrita en 1977; y Zooedipous, estrenada en Bruselas en 1998, entre otras de sus obras teatrales. Mientras tanto, en un espacio central, una profunda investigación documental realizada por los propios artistas del grupo atestigua cada una de las piezas con bocetos de marionetas, manuscritos de dramaturgia, afiches, fotografías y los propios objetos originales que formaron parte de aquellas puestas en escena. En otro espacio, un cine allí montado, se proyectan videos, fragmentos de todas estas obras.
Uno de los objetos protagonistas de Máquina Hamlet, de 1995. En el Museo de Arte Moderno en una instalación junto a un video.
Cada uno de los artífices de este grupo experimental que concluyó en 2009 son ahora figuras señeras y activas del teatro argentino. Ana Alvarado es referente del teatro de objetos, publicó El Teatro de Objetos: Manual Dramatúrgico en 2015 por la editorial del Instituto Nacional del Teatro, y actualmente tiene cuatro obras en cartel, Marúnica, El vestido, Molly bloom y Evitácora; Emilio García Wehbi ha publicado varias novelas y puede verse su obra Fritz Agonista; Román Lamas es autor de la puesta titiritesca de La historia del soldado de Igor Stravinsky, con repetidas funciones en Arthaus, Malba Puertos y el Palacio Libertad, y dirige Proyecto Frankenstein, una versión que recomiendo fervorosamente; Daniel Veronese, prolífico dramaturgo, director y actor, tiene ahora tres obras en cartel, Para anormales, La última sesión de Freud y Relatividad.
Mientras tanto, Máquina teatro: el Periférico de objetos [1990 - 2009] puede visitarse en el Museo de Arte Moderno, avenida San Juan 350 de la ciudad de Buenos Aires, y estará disponible hasta el sábado 28 de febrero de 2026.