Con este título, la noticia fue publicada el 24 de julio pasado en el diario «La Capital» de la ciudad de Rosario. «En 1870 un artista alemán plasmó las características de Rosario en un impresionante grabado que la Asociación Amigos del Museo Marc donó a la institución», agregaba en la bajada el matutino.
El artículo avanzaba en el desarrollo urbano de esta importante ciudad santafesina, una ciudad-puerto que en aquellos años alcanzaba poco más de veintitrés mil habitantes, y en la labor desarrollada por la institución local para obtener la que describe como una «impresionante litografía». El relato alude al 75° aniversario de la Asociación de Amigos del Museo Julio Marc y la donación al Histórico Provincial, la casa ubicada en el parque Independencia, frente al estadio de Newell's Old Boys.
«Hace tiempo -escribe Mila Kobryn-, la actual comisión directiva presidida por Alberto Martin, junto al director del museo, Pablo Montini, realizó un arduo trabajo para lograr la adquisición de esta vista inédita de la ciudad, que se encontraba en uno de los más importantes anticuarios de la ciudad de Buenos Aires.»
El hallazgo y el nuevo destino de la obra marca un camino virtuoso: el esfuerzo particular destinado a enriquecer el patrimonio cultural público. La obra ya se exhibe en el Museo, y el artículo que es nuestro tema de análisis cuenta sobre el autor de dicha imagen, el alemán Johannes Schreiber -nacido en 1842, emigró hacia nuestro país y radicado en Rosario, trabajó en el establecimiento de Eduardo Fleuti y finalmente armó su propio espacio de artes gráficas-, y su panorámica, que «funciona como una fotografía, una imagen detenida en el tiempo que muestra cómo era la ciudad en aquel tiempo. El río, surcado por decenas de barcos de distintos tamaños y formas, demuestran al observador el dinamismo del puerto. Pero también se aprecia un horizonte agreste, donde Rosario se desintegraba en algunas quintas dispersas en un espacio verde y gigantesco, hoy urbanizado.»
Entrevistado el director del Museo, por el diario La Capital, Pablo Montini aportó significativos detalles sobre la obra, y su presencia en la Feria Internacional del Centenario de la Independencia de Estados Unidos en 1876, promoviendo el desarrollo de la ciudad.
Para Hilario, este recorrido es un motivo de especial orgullo. Somos la casa que denominan en el texto referenciado «uno de los más importantes anticuarios de la ciudad de Buenos Aires», y junto a la contribución realizada por la Asociación de Amigos con un fiel compromiso con su tarea de apoyo hacia el Museo, conseguimos un donante particular que aportó un cuarto del precio de la obra, y bajamos nuestra comisión de venta para que al fin, ésta fuera exhibida en su sitio de origen, la ciudad de Rosario, ciento cincuenta años después de haber sido litografiada.
Otra vez, lo público y lo privado en una alianza estratégica destinada a preservar el patrimonio cultural.