Chal de vicuña.
Chal de vicuña. Comunidad Kolla de Abra Pampa, Jujuy, Argentina. Primera mitad del S. XX.
Muy interesante prenda tejida en telar de cintura, con técnica de faz de urdimbre, con fibras de vicuña (del dorso del animal) en la trama y urdimbre, hilada en forma manual con huso. Acorde a la tradición textil del altiplano que hermana geográficamente al Alto Perú (hoy Bolivia) con las provincias del noroeste argentino, la concepción ornamental de esta prenda guarda estricta correlación cronológica con la época en que fue tejida -hace ya un siglo-: tejido llano con punto de sarga, (el punto o técnica de sarga estaba destinado a las piezas textiles de alta calidad), rematado en sus bordes con un muy elaborado rapacejo -en una clara influencia criolla- de diseño floral que culmina en flecos estructurales retorcidos. Medidas. Largo: 170 cm. Ancho: 60 cm.
Abra Pampa, cabecera del departamento de Cochinoca, está ubicada a 73 km. al sur de La Quiaca, fronteriza con la ciudad boliviana de Villazón. Fundada a fines del siglo XIX , a más de 3500 metros s.n.m. ha sido desde siempre refugio natural de la vicuña -merced al agua del río Miraflores y a las tiernas pasturas de sus orillas- hasta el presente, en que estos gráciles auquénidos pacen en un estado de libertad, acotada por el control de una estación experimental del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) denominada la Vicuñera de Miraflores.
La vicuña es el más pequeño de los camélidos sudamericanos, y comparte con la cabra de cachemira la distinción de poseer la fibra vellosa más fina de entre los animales del planeta. Su grosor ronda por los 13 a 14 micrones y el largo de la fibra no excede los 7,5 cm. Ha sido el material con que se tejía la ropa del Inca, y dado que –a diferencia de la llama y la alpaca- nunca pudo ser domesticada, durante la vigencia del Tahuantinsuyo, por mandato real, se las encerraba sin violencia y se las esquilaba. Al respecto escribió Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales de los Incas (1658): “los chakus se hacían en cada distrito, de cuatro en cuatro años, dejando pasar tres años de la una a la otra, porque dicen los indios que en este espacio de tiempo cría la lana de la vicuña todo lo que ha de criar, y no la querían trasquilar antes porque no perdiese de su ser; también lo hacían porque todo aquel ganado bravo tuviese tiempo de multiplicar y no anduviese tan asombrado como anduviera si cada año lo corrieran, con menos provecho de los indios y más daño del ganado…”
Lamentablemente, la llegada de los españoles con sus armas de fuego las diezmó notablemente, al punto que –en 1559- el virrey del Perú colonial prohibió su caza durante cinco años y en 1825 el Libertador Simón Bolívar, cuando ejercía el mando supremo del Perú republicano, promulgó un decreto prohibiendo la matanza de la vicuña a perpetuidad, sin ningún tipo de excepciones. Las presiones comerciales fueron más fuertes que las medidas proteccionistas y los cueros de vicuña que se exportaron a Europa durante más de un siglo pusieron a esta especie en peligro de extinción. Afortunadamente en la actualidad es una especie protegida y los métodos de obtención de su fibra son controlados mediante esquila responsable con protección de la salud del animal. (1)
Nota: 1. Vila Bibiana: Camélidos Sudamericanos. Ed Eudeba, Buenos Aires, 2012, pág 48.
| LOTE | 105 |
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| PRECIO BASE | U$S 700 |
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