Susana Giménez. Buenos Aires. 1987.
Fotografía vintage, gelatina de plata sobre papel semimate; al dorso, sello húmedo de la autora y su firma, más las indicaciones sobre el retrato. Medidas: 30,5 x 23,7 cm.
En Sugar de Peter Stone, teatro Lola Membrives.
Con su cámara Julie Weisz construyó un mundo… Su vida reviste el carácter de testimonio para quienes creen en los designios del destino. Primero, ser hija y sobrina de fotógrafos. “La fotografía me eligió”, sostiene. Un padre fotógrafo, húngaro, que emigró de su país hacia Buenos Aires llamado por su hermana mayor, casada con otro fotógrafo de Budapest, José Gross, quien, afirma la artista, influyó para que dedicara su vida a este arte. Siendo una niña, acompañaba a su padre a tomar retratos familiares, y a fotografiar casamientos o bautismos. Poco tiempo después, aquel falleció y en el seno de la familia herida, entre la madre y las tres hermanas se decidió que Julie, con solo quince años, aprendería el oficio y ayudaría en la casa.
Sucede así su fortuito inicio en la fotografía en 1961. Al tiempo se haría cargo definitivamente del estudio que era de su padre, Fotos Doris, en la calle Paraná, frente a la Plaza Vicente López, donde desarrolló la fotografía comercial hasta 1989. Con la misma determinación, el “destino” le marcó el camino del teatro. Casada con el director de teatro Roberto López Pertierra, vivieron en la provincia de San Juan y de retorno en Buenos Aires, inauguraron una sala en la calle Florida. Finalmente, en 1981 fue llamada a fotografiar el vestuario de Cipe Lincovsky para La cortina de abalorios de Ricardo Monti. La obra se presentaba en Teatro Abierto, el mítico ciclo que irrumpió en los últimos tres años de la dictadura, y terminados los registros del vestuario, fue invitada a presenciar la función. “Me entusiasmé como loca y terminé fotografiando los ciclos 81, 82 y 83” escribe en su libro Julie Weisz. Fotografías de Teatro Abierto.
Sin embargo, no caigamos en la poética trampa del destino, porque así se desvanecen los logros quitando los propios méritos de la protagonista. Weisz es un alma inquieta, toda su vida continuó formándose y supo indagar más allá de la fotografía. Estudió Bellas Artes en su corta estancia en San Juan y cultivó la pintura, la escultura, la cerámica, y actualmente el collage. Precursora en la fotografía expandida, supo intervenirla, imprimirla sobre diversos soportes como telas, explorar la fotografía-objeto, y la instalación.
Realizó múltiples exposiciones en el país y en el exterior. España, Japón, Yugoslavia, Cuba, China, Uruguay, Suecia, Rusia y Venezuela, conocieron su obra en exhibiciones individuales o grupales. Entre sus trabajos destacados se encuentran Teatro Abierto 1981-1982-1983 (1986), Identidad Femenina en una minoría étnica (2014), Autorretratos Circulares (1999), Paisajes Inciertos (2002), China otra mirada (2006), La vida en terapia intensiva (1998), y Rumania: Una mirada (1988). Tiene publicados dos libros: La vida en Terapia Intensiva (Fundación Reussi, 2005) y Julie Weisz, Fotografías de Teatro Abierto, Edición de autor, de 2011.
Poseen obras de su autoría el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. En 2025 cosechó uno de los máximos galardones, el Premio Nacional a la Trayectoria Artística, correspondientes a la 112a edición del Salón Nacional de Artes Visuales.
| AUTOR/A | WEIZ, JULIE |
|---|---|
| ITEM | 50 |
| PRECIO | U$S 800 |
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