Si se propone formar una biblioteca, algunos consejos de interés.


Ejemplares con distintas encuadernaciones.


Caja de preservación realizada en el taller de Pablo Vega.


Debemos confesar que la lista no es exhaustiva, pero sin duda le será muy útil. La construimos en base a un cuarto de siglo de experiencia como libreros anticuarios, y después de haber cometido numerosos errores guiados sólo por el entusiasmo. También recabamos información en libros destinados a la práctica de la bibliofilia y formamos estos conocimientos en los encuentros disfrutados con coleccionistas y colegas, un privilegio que brindan estas artes.


Por supuesto, están invitados a enriquecer esta información. Si la lectura les despierta nuevas sugerencias, les proponemos enviarlas a info@hilariobooks.com


Para comenzar


1. Es importante que cada libro esté completo, y en lo posible, con su encuadernación original, aunque también vale estudiar las encuadernaciones artísticas posteriores, algunas firmadas prestigian el ejemplar. Tratándose de obras de literatura del siglo XX, es fundamental que se conserve con su encuadernación de editor -lo mejor, que esté preservado en una caja hecha ad hoc en un buen taller de encuadernación- y si ha sido reencuadernado, que preserve sus cubiertas y hasta el lomo original.


2. Es una guía imprescindible el disponer de las fuentes bibliográficas más útiles para el tema que busca reunir: viajeros, historia, gauchesca, literatura latinoamericana, medicina, ciencias, autores... Hay que revisar el ejemplar a adquirir con estas obras de referencia para advertir si es una primera edición y si está completa, aunque hay algunas bibliografías imprescindibles que carecen de datos precisos sobre su contenido, como es el caso del “Santos Gómez”, Bibliografía de viajeros a la Argentina: donde sólo se indica con mapas o con láminas, sin mencionar su cantidad exacta. Y teniendo en cuenta que muchas obras carecen de un índice de ilustraciones, el ejemplar en estudio puede contar con 2 mapas y 4 láminas, y quizás debería tener 3 mapas y 5 láminas. Es decir que está incompleto y es aconsejable no adquirirlo, ya que completar una obra es, casi, una quimera. En las bibliotecas más exigentes, sólo resisten esa carencia los títulos extremadamente raros, como podría ser un libro salido de la primera imprenta que funcionó en esta porción de América, la jesuítica.


3. Nosotros le hemos acercado una guía de Bibliotecas de consulta, vale la pena formar una como fuente de consulta, cada título allí indicado posee un enorme valor si usted colecciona. En cuanto a los temas de interés ahora, lo invitamos a visitar la referida a libros de o sobre viajeros por América: ingresar aquí.


4. Una buena idea es adquirir los libros en la casa o catálogo de los libreros anticuarios; ellos en general, indican las referencias bibliográficas y si hay alguna particularidad en el ejemplar, lo advierten.


5. Si va a comprar obras en las casas de remates, debería estar atento a la conducta habitual de cada una de ellas; hay muchas que no revisan los ejemplares y usted se puede llevar la desagradable sorpresa de adquirir un libro incompleto. En Hilario. Artes Letras Oficios cada libro, folleto o impreso puesto a la venta es controlado página por página y si advertimos una carencia, lo indicamos, aunque en general, lo descartamos y no forma parte de nuestro catálogo.


6. Cuando en un catálogo leemos “no en ...” -por ejemplo, tratándose de un viajero a la Argentina, “no en Santos Gómez”-, está indicando su rareza, y dicho libro se convierte en una tentación para todo bibliófilo. Si leemos “no en Suárez”, se refiere a que ese título no fue incluido en el catálogo N° 25 de la librería Cervantes, de Julio Suárez, editado en Buenos Aires en 1933, ni en su Suplemento, de 1939, en cuyo caso estaremos otra vez frente a una perla bibliográfica.


7. Si usted visita el interior del país, le recomendamos acudir a las librerías de las universidades locales, suelen ofrecer en sus listas algunos títulos de gran valía para nuestras bibliotecas. Extendemos esta sugerencia a la feria del libro en Buenos Aires, los stands provinciales y de las universidades brindan esa oportunidad, y en un mismo espacio.


8. Revise que cada libro ingresado a su biblioteca se encuentre limpio y sin huellas activas de algún insecto; los hay que comen sólo los bordes del papel y los que ingresan formando túneles. En ambos casos debe alejarlo de los demás libros y hacer un tratamiento inmediato consultando a un profesional. La práctica de abrir los libros y pasar sus páginas aireándolos es de enorme utilidad, además de disfrutar cada ejemplar, los revisa y desalienta la presencia de estos bibliófagos. Un viejo refrán asegura: la mejor manera de cuidar los libros es leerlos.


9. No descarte las segundas y demás ediciones; pueden contener particularidades que las hacen especiales, por ejemplo, “corregida y ampliada”, “la mejor ilustrada” y más. Es importante ver cómo es presentada en el catálogo donde se ofrece, y acudir a las referencias bibliográficas, allí estará la información pertinente. Y pueden ser sumamente atractivas, raras y coleccionables.


10. Estudie el ejemplar en análisis, puede ser de una tirada especial, o de cabecera... En el colofón se encontrarán los datos necesarios: tantos ejemplares en papel tipo... y tantos en papel... Ejemplares numerados de la tirada más corta, firmados por el autor y el ilustrador. Y usted puede tener en sus manos uno de ellos; por supuesto, mucho más atractivo y valioso que otro de la tirada corriente.


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