Un Guayaquí del G(eneral) Rivera.

Óleo sobre cartón, firmado. Medidas: 49 x 33 cm. En excelente estado, conservado en su magnífico marco original. Al dorso se encuentra la etiqueta Exposición Juan Manuel Blanes 1941 -de Montevideo, con datos de obra y propiedad. No figura en el catálogo de la misma. Ex colección Roberto Pietracaprina. 

Un policía del General Fructuoso Rivera descansa apoyando sus brazos sobre un cañón boca arriba, en la ciudad se los instalaba en las ochavas para evitar los golpes de las ruedas de los carros sobre las construcciones próximas a las calles. Descalzo, viste camisa roja, bombachas blancas y chiripá celeste. Lleva un sombrero redondo, también llamado popularmente “gorra de pastel” y el sable, un “un latón”, en su cintura. Detrás, un viejo paredón donde crece la vegetación. Delante y sobre el suelo de tierra, una botella, un recipiente blanco, un aro y un zapato viejo. Esta pintura resulta una variación del óleo de su padre Juan Manuel Blanes Policía de la Patria pintado en 1860. Si los comparamos, la posición del personaje es la misma, apoyados sobre el cañón, exceptuando la ubicación de la cabeza, algo hacia atrás, con los ojos cerrados en la de Juan Manuel -el policía duerme, “refleja el sentimiento anecdótico y humorístico del pintor”-, hacia adelante y con la mirada fija, la de Juan Luis. Una vieja calle colonial del cuadro del padre, empedrada y con vegetación, se torna aquí de tierra.

En pleno sitio de Montevideo, Fructuoso Rivera encabezaba el gobierno asediado por las fuerzas al mando de Manuel Oribe, cuya autoridad tenía la sede gubernamental en las afueras de Montevideo, sobre el Cerrito de la Victoria. Rivera recibió el respaldo de Francia e Inglaterra y hasta supo formar un cuerpo de italianos al mando de Giuseppe Garibaldi, en tanto que Oribe contaba con un fuerte apoyo del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. En Uruguay se replicaba el conflicto que dividía a los argentinos entre unitarios y federales; allí, a la inversa, eran colorados y blancos.

“Ramón de Santiago, condiscípulo, amigo y buen conocedor de Blanes, dijo que el pintor ‘se había empeñado en sacar dos artistas mejores que él, y que para eso los había educado y enseñado’” [1]. Tanto Juan Luis como su hermano menor Nicanor aprendieron junto a su padre. “Nacieron y crecieron viendo pintar. Leyeron y aprendieron todo lo que no pudo el tipógrafo del Cerrito -es decir, su padre Juan Manuel-. Intervinieron después en la labor artística, ayudando a cubrir superficies de los lienzos, a extender colores, a verificar datos, a contemplar efigies, a valorar actitudes y a elegir modelos. [...] La copia y variación de los óleos del padre, era parte de este proceso de aprendizaje de la técnica pictórica que, por la calidad de la obra, evidenciamos ya desarrollada.

Juan Luis Blanes (Montevideo, 1856 - 1895), pintor y escultor, hijo primogénito del gran pintor Juan Manuel Blanes. Tuvo como maestro a su padre y posteriormente se perfeccionó en Florencia, entre 1879 y 1883, principalmente con Giuseppe Ciaranfi, cuya influencia es notoria en las escenas de género, y Amos Cassioli en pintura, y en escultura con Emilio Gallori. Después de una estadía en Uruguay, volvió a Italia y junto con su padre y su hermano Nicanor realizó un viaje por el Cercano Oriente (1890). Regresó a Montevideo; permaneció luego por espacio de dos años en Buenos Aires, reintegrándose a la actividad artística en su ciudad natal a partir de 1893. Proyectaba un nuevo viaje a Europa para vigilar la fundición de la estatua de Artigas a erigirse en la ciudad de San José, pero falleció en un accidente. Sus proyectos fueron finalizados por su padre con la colaboración del escultor Pietro Costa (autor del porteño monumento a Lavalle). También intervino en la pintura de Batalla de Las Piedras, la obra más relevante encarada por Juan Luis. 

Nota:

1. Eduardo de Salterain y Herrera, Blanes. El hombre, su obra y la época. Impresora Uruguaya S. A., Montevideo, 1950.