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TEXTILES

UNA ALFOMBRA CON ARTE

K´ama. Potosí, Bolivia. Segunda mitad del siglo XX.


Pieza tejida en telar de estacas, a faz de urdimbre con técnica de cuatro bordes, con lana de oveja hilada manualmente con huso y teñida con colorantes naturales, destacando entre ellos la grana de cochinilla con la que se obtuvieron diversos colores:  rojo, rosa, lila y violeta mediante la variación de los mordientes empleados durante el baño tintóreo. El diseño floral de su ornamentación, así como las ramitas de hojas de las calles que lo flanquean, ubican su origen en el sur de Potosí, cerca de la zona fronteriza con la provincia argentina de Jujuy, así como se puede también aseverar que fue tejida a pedido, habida cuenta de las iniciales conformando un monograma que interrumpe la secuencia de las flores en ambos paños, que presentados en espejo han sido unidos por costura ornamental. Medidas. Largo: 165 cm. Ancho: 150 cm. 


El tejido compacto de la lana muy bien torcida y los casi cuatro kilogramos de peso de esta k’ama, término con que los quechuas denominaban estas mantas o puyos de abrigo, deja abierto el interrogante de su función, pues puede haber sido concebida como alfombra de sala de una casa señorial, o como frazada de cama de una familia colla. Este uso, tratándose de prendas más livianas que también se destinan de forma indistinta como poncho durante el día o cobija durante la noche, hace que a estos últimos se los denomine Poncho K’ama o Poncho Camero (1), una versión más frecuente de estos tejidos. Aquí en un bello y sólido ejemplar.



Nota:

1. Kathy Barth, Teresa Oroza: Viajando por Bolivia a través de las maravillas del tejido. Ed. Jackson Internacional, 2001, pág. 92. 



S.O.XX-OHM



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