Par de estribos con alma de suela.

Punzón: Bechis. General Lamadrid. Argentina. Primer cuarto del siglo XX. 

Replicando el diseño de los estribos de búfalo, en este ejemplar lo encontramos con su alma formada por una suela claveteada, con un refuerzo en el hondón. Por su excelente estado de conservación, imaginamos que ambas piezas nacieron de este modo, no sustituyendo una cornamenta de búfalo rota, o incluso reemplazando el interior de ebonita (1), que también los había. Su elegante arco de plata que envuelve todo el conjunto con detalles de hojas y una guarda cinceladas, así como la resolución del ojo, de ubicación transversal, nos hablan de un platero de jerarquía y de un uso sin maltrato. Punzón: Bechis.

Medidas. Alto: 13,6 cm. Abertura: 8,2 cm. Peso (del par): 616 gr.

El modelo de base, por las investigaciones realizadas, los llamados “estribos de búfalo” fue utilizado en Buenos Aires -ciudad y campaña- desde el último cuarto del siglo XIX. Los hemos identificado con los punzones más famosos de la época, como J. Fernández, M. Casal y por la sociedad que ambos formaron: Fernández y Casal, además de apreciarlos en los catálogos de aquella época que distribuían las talabarterías más renombradas en ese tiempo.

Aquí lo presentamos con una marca esquiva en la platería criolla, de un taller ubicado en General Lamadrid, provincia de Buenos Aires en la primera mitad del siglo XX. (2)

Nota: 

1. Según la RAE: Material compuesto de goma elástica, azufre y aceite de linaza, negro, muy duro y de uso industrial (...).

2. Adolfo L. Ribera: Diccionario de Orfebres Rioplatenses. Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes, 1996, p. 115.