El hombre
Nacido el 23 de diciembre de 1866 en Chile, Matías Errázuriz fue el menor de los 10 hijos de Agustín Errázuriz Salas y de Cornelia Ortúzar Gandarillas, y nieto de Isidoro Errázuriz Aldunate y Antonia Salas.
Cursó sus estudios en el Colegio de San Ignacio, y muy joven ingresó en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país, con un modesto destino, bajo las órdenes de Demetrio Lastarria. En 1888 el presidente Balmaceda lo designó 2° Oficial de Legación ante el Gobierno del Emperador don Pedro del Brasil, donde tuvo como Jefe al ministro Manuel Villamil Blanco. Allí supo apreciar los Palacios Imperiales de Guanabara y de Petrópolis. Al tiempo fue designado ante la Corte de Madrid, bajo las órdenes de Aniceto Vergara Albano. Regresó a España años después para desempeñar una corta pero importante misión diplomática y lo hizo en muchas oportunidades en la incansable búsqueda de objetos de arte que practicaba para completar sus colecciones. Pese a su juventud obtuvo la simpatía y amistad de grandes personajes españoles, particularmente con los maestros del Arte y de la Literatura que frecuentaban a diario en el Café Fornos y otros círculos. Sus destinos en la carrera diplomático lo llevaron a desempeñarse en Italia, ante la Santa Sede, en Argentina y en Uruguay, como siendo primer Secretario y Encargado de Negocios. En 1912 fue designado Ministro Plenipotenciario en Bélgica, después Ministro Confidencial en Argentina ante el presidente Hipólito Irigoyen, y coronó su carrera como Embajador de Chile ante la Casa Rosada.
Sus actuaciones más importantes fueron la misión en España como Encargado de Negocios de Chile ante la Reina María Cristina, que evitó la aprobación en la Cámara chilena del Protocolo Billinghurst-Latorre por el cual se establecía el arbitraje de la Reina en el conflicto con el Perú, y su labor en Argentina, su segunda patria, especialmente en su gestión personal para lograr el encuentro de los presidentes argentino Roca y el chileno Errázuriz, en busca de paz, concordia y fraternidad entre ambos países, que estuvieron al borde de la guerra al comenzar el siglo XX.
Cuando era Encargado de Negocios en nuestro país contrajo matrimonio en Buenos Aires el 12 de abril de 1897 con Josefina de Alvear y Fernández [1859-1935], que fue prima hermana del presidente Marcelo T. de Alvear y cuñada del canciller Ernesto Bosch. Tuvieron dos hijos: Matias, marido de Franca Antinori, dama de la nobleza italiana, sin sucesión; y Josefina [«Pepita»], esposa de Jaime Indalecio Gómez de Tezanos Pinto, padres de Matías, casado con Lucrecia Lovatelli, con sucesión; Josefina, esposa de Horacio Quesada Acosta, con sucesión; y Carmen, casada con Jesús Hipólito Paz, Ministro de Relaciones y Embajador de Argentina en Estados Unidos, con sucesión.
Matías Errázuriz falleció en Buenos Aires el 11 de agosto de 1953 y fue sepultado en el panteón de la familia Alvear junto a su esposa y a su hijo fallecido trágicamente en 1941.
El coleccionista
El matrimonio Errázuriz-Alvear se radicó en París durante diez años [1906-1917], donde adquirieron una valiosa colección de esculturas, pinturas, tapices, armas, libros, cerámicas, mobiliario y miniaturas, fundamentalmente europeas y orientales de los siglos XVI al XX.
A su regreso al país, demolida su residencia de Chacabuco y Belgrano con motivo de la apertura de la Diagonal Sur, para que sirviera de marco a sus colecciones, e inspirándose en las construcciones del siglo XVIII y particularmente en los trabajos del arquitecto francés Gabriel, Errázuriz hizo edificar en la Avenida Alvear [hoy Avenida del Libertador 1902] una residencia palaciega, bajo cuyo frontispicio griego, se yergue la fachada con su columnata que recuerda los Palacios de la Plaza de la Concordia. Un jardín inspirado en el estilo de Lenôtre, dibujado por Duchene, lo rodea por su frente y los costados que dan a las calles laterales. En el interior, salones y galerías revestidos con boiserie de época [los cuatro paneles de madera tallada de la habitación principal del Hôtel Letellier del 11, Rue Royale fueron colocados en el salón Luis XVI de la planta baja], su comedor recubierto de mármol, como el del Grand Trianon, y un menaje del más refinado eclecticismo. Tres grandes tapicerías tejidas con hilos de oro y plata, procedentes de la colección del Duque de Sexto, que representaban los triunfos de Escipión el Africano, y que adornaron la tienda de la Isla de los Faisanes cuando tuvo lugar el encuentro de Luis XIV con la Infanta María Teresa, recubren tres testeras del hall Renacimiento de 20 metros por 15. Es resto es bien conocido por los lectores: un Greco auténtico [«Jesús abrazado a la Cruz»]; una Virgen de marfil del siglo XII; muebles franceses firmados por Delaporte, Jacob, Saunier, etc., y otros españoles, góticos y renacimiento, estatuas de mármol, bronce o terracota de Clodión, Carpeaux, Rodin, y una galería de cuadros de Latour, etc.: alfombras persas y Iámparas francesas; porcelanas, bronces y lacas de la China y Japón; retablos, antifonarios, tallas, armas y medallas, etc. [1]. El Gobierno argentino compró en 1937 ese palacio, a puertas cerradas, para destinarlo al Museo Nacional de Arte Decorativo.
Del coleccionista poco y nada sabemos [2].
La biblioteca
Errázuriz fue uno de los miembros fundadores de la Sociedad de Bibliófilos Argentinos creada el 20 de agosto de 1928 [3].
Los ejemplares de su valiosa biblioteca personal –cuyo ámbito físico ha sido recientemente restaurado- se individualizaban con un ex libris que lleva estampado un escudo heráldico con cuadrícula blanca y negra, en la parte inferior chevron y tres panelas; y por timbre yelmo con penachos y lambrequines.
Vale destacar cuatro obras de las que presentó en la exposición del libro de 1940. La primera fue De censuris, de sponsabilus et matrimonio, de Antonino Florentinus [Venecia, Johanes de Colonia et Johannes Manthen, 23 septiembre 1494] de 136 ff., encuadernación en piel teñida de rojo, con cierres; sello impreso de la biblioteca «Domini Caesaris Meinardi di Florontis Ordinis Vallis Umbrosae». Del mismo autor, el Confessionale [Roma, Franciscus de Cinquinis, circa 1477], encuadernado con Manipulus curatorum de Guido de Monte Rocherii [Roma, Franciscus de Ciquinis, 1° diciembre 1477] de 108 ff., obra de la que para 1940 solo se conocían 8 ejemplares. En tercer lugar, el primer tomo de las Orationes de Marco Tulio Cicero [Venecia, Aldus Manutius y Andrea Asulanus, enero 1518], cuya encuadernación, de becerro color castaño oscuro, fue realizada en el taller de Aldo Manuzio; con filetes y hierros dorados; en el centro de la tapa, cuño dorado que representa la Fortuna. Y, por último, el extraordinario libro de caballerías Los quatro libros del muy esforçado caballero Amadis de Gaula, nuevamente historiados [Roma, Antonio de Salamanca,13 abril 1519], 285 ff., ilustrado por una plancha de página entera grabada sobre madera en cada uno de los cuatro libros, y 154 ilustraciones más pequeñas intercaladas dentro del texto, considerada como la primera edición, con el detalle de que los pocos ejemplares conocidos estaban incompletos, y el de Errázuriz tenía su primer folio en facsímil y le faltaba el XII.
Destino de la biblioteca
Errázuriz, que había perdido a su esposa en 1935 y ya se había desprendido de su Palacio, en 1941 sufrió la pérdida de su hijo… Había llegado el tiempo de dispersar su biblioteca, a cuyo efecto encargó a su amigo Eduardo J. Bullrich que preparara el catálogo para la primera parte de la subasta [4] que se llevó a cabo el 10 y 11 de septiembre de 1942.
De sus adquirentes da cuenta una «Lista de compradores venta Errázuriz», mecanografiada en tres carillas tamaño carta, con membrete del Estudio Jurídico de los Dres. Eduardo J. Bullrich y Carlos E. Llambí, sin firma ni fecha, en cuyo encabezamiento advierte que «los números se refieren al catálogo de la venta», afirmación corroborada por una atestación al núm. 222, donde se indica que el mismo «lleva 229 por errata en el catálogo» [5].
¿Qué puede decirse de un remate de libros iniciado con la subasta del Quijote de Milán 1610, y la primera edición de la segunda parte de 1615, ejemplar del marqués de Casa Mena sin las expurgaciones de la Inquisición?
Presentamos un resumen de la lista mencionada, indicando entre corchetes el lote o lotes adquiridos, con el número que los individualiza en el catálogo de la subasta.
En primer lugar, las instituciones incluidas. La Academia Argentina de Letras, el Arte de la Lengua General del Reyno de Chile del P. Febre, Lima, 1765 [núm. 127]. La Universidad Nacional de La Plata, el Catálogo de la Exposición celebrada en la Biblioteca Nacional de Madrid en el tercer centenario de la publicación del Quijote, realizada en abril de 1905 [núm. 307]. El Círculo de Armas, Madame de Pompadour y La Du Barry de los hermanos Goncourt, ejemplares núms. 3 de la tirada de tres en papel China, encuadernados en pergamino con las iniciales «E.J.», entrelazadas sobre fondo de oro, con el ex libris de los hermanos, adquiridos por Errázuriz en la venta realizada en París [1897] en las sumas de 44 y 43 francos oro, respectivamente [lotes 188 y 189].
En segundo lugar, corresponde mencionar un grupo de damas presentes, las señoras de Bosch [núms. 240 y 258], María T. Boseli Alvear de Dodero [núms. 162 y 169], Bruyn de Palacios Costa [núm. 9], C. Cristophersen de Dodero [núm. 63], Josefina Errázuriz de Gómez [núm.249], Edda Palacios Villagrán de Anchorena [1905-1987], casada en París en 1929 con Emilio Nicolás Anchorena, adquirió el Almanach de año II de la República [París, 1793] cuya portada tiene la firma autógrafa de Maximilien Robespierre [núms. 97, 149 y 290] y Sofía Santamarina de Bosch Alvear [núm. 35]. Y las señoritas de Elía Moreno [núm. 52] y Saavedra Zelaya [núm. 105].
Luego están los compradores coleccionistas, indicamos los lotes y destacamos algunos títulos de mayor relevancia:
El escribano Oscar R. Carbone, un ejemplar de Las Leyes de Toro [1505], leyes de Juana la Loca, sobre testamentos y transmisiones de bienes promulgadas en Toro el 7 de marzo 1505, impreso en pergamino, a continuación del colofón se encuentran inscripciones manuscritas de la época, entre las que figura la firma del rey Fernando el Católico, refrendada por Gaspar de Grigio, Secretario de la Reina, y en el reverso la autorización de la Real Audiencia de Granada fechada el 3 de junio, 1505, lo que permite suponer se tratase del ejemplar real [núm. 49].
Luis María Carreras Saavedra una Biblia francesa del siglo XIII, un Libro de Horas del siglo XIV y otro de 1508, el certificado de hidalguía otorgado en Madrid el 20 julio 1644 por Juan de Hita, Rey de Armas de Felipe IV para los linajes de Puy, Braza Saavedra y Melero. Las Meditaciones muy devotas sobre algunos pasos y misterios principales de la vida de Nuestro Salvador, de Fraygn Luis de Granada [Salamanca, 1579] ejemplar que lleva un autógrafo del inquisidor mayor Fabregues, y una larga carta de Miguel de Unamuno a Errázuriz cuando aquel era rector de la Universidad de Salamanca, cuya encuadernación lleva las armas de los Buoncompagni, con las insignias papales que usó Hugo Buoncompagni como Sumo Pontífice bajo el nombre de Gregorio XIII [núms. 1, 2, 22, 44, 67, 73, 134, 146, 155 y 279]. Redactor del primer catálogo del Museo de Arte Decorativo, también adquirió el Catálogo de la colección de Mariett por F. Basan [París, 1775], que perteneció a Edmond de Goncourt y es citado por él en La maison d´un artiste. La obra Du tolerantisme et de las peines aux peines lieu suivant les loix de l´Eglise et de l´Etat [Bruselas y París, 1789] que formó parte de la Biblioteca de Luis XVI, durante la Revolución pasó a la biblioteca de Versalles y finalmente enajenado por ejemplar repetido [bajo el núm. 129] en la famosa venta pública en las Tullerías realizada entre el 22 y el 26 de mayo de 1855, donde fue adquirido por su anterior poseedor.
Oliverio Girondo adquirió, junto a primorosas ediciones de Emile Zola, Paul Verlaine y Robert de Montesquieu, el volumen Felicien Rops l´homme et l´artist de Camile Lemonier [París, 1908], encuadernado en piel blanca de Suecia para lo cual fueron utilizados guantes de la señora Elisa Casal de González Moreno, según anotación manuscrita de Errázuriz [números 8, 16, 45, 48, 55, 58, 61, 62, 64, 65, 72, 75, 85, 144, 148, 203, 213, 216, 217, 235 y 288].
Luis Larivière obras de Huysman y Anatole France, el manuscrito iluminado del siglo XV titulado Reglas de la Hermandad y Cofradía de San Sebastián del Campo Extramuros de Sevilla que, según nota firmada R. B. [Ramón Briceño, primer director de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile] y fechada el 28 febrero 1889, perteneció a Bernardo O´Higgins; la primera edición de la Tercera Parte de La Araucana de Alonso de Ercilia [Madrid, 1589]; las Lettres sur l´esprit de patriotisme… de Bolingbroke [Londres, 1750], ejemplar que perteneció a la biblioteca de Josephine de Beauharnais; una obra anónima de carácter militar de fines del siglo XVIII, en cuya tapa se lee Malmaison y las iniciales «P.B» entrelazadas, que perteneció a la mencionada Emperatriz Josephine; y una obra del dandy Barbey D´Aureville [París, 1882] con un autógrafo y una carta del autor [núms. 4, 6, 78, 98,119, 121, 123, 132, 150, 194, 195, 197, 200, 207, 212 y 215].
Eduardo J. Bullrich adquirió los números 66, 67, 98, 119, 121, 123, 132, 150, 194, 195, 197, 200, 207, 212 y 215.
Atilio Dell´Oro, Maini el Suplementum Summa Pisanelle, incunable del franciscano Nicolás de Osimo, impreso en Venecia 1469, especie de diccionario enciclopédico jurídico y moral a cuya continuación se hallan los Consejos del maestro Alejandro de Nevo y cánones penitenciales del fraile astense, en encuadernación con las armas de Pio VII [números 33, 41, 57, 70 y 100].
Marcelo de Ridder, la Summa angelica de casibus concienciae de Angelus de Clavasio,la Grammatica de Nebrija [Lyon, 1525] y el tomo IV de los Anales de Carlos Calvo que llevaba en el centro de la encuadernación el escudo de armas imperial de Napoleón III [núms. 21, 24, 42, 54, 49, 90, 99, 104,109, 110, 114, 126, 129, 15, 139, 141, 177, 178, 179, 185, 211, 220, 223, 225, 237, 260, 261 y 262].
Antonio Santamarina, Madame Gervaise de los hermanos Goncourt [París 1869] con dedicatoria autógrafa de los autores a Víctor Hugo. Este ejemplar, comprado a Rahir en 1910 en la suma de 50 francos oro. Pero más valioso dado que provenía de la pequeña biblioteca personal del autor de Los Miserables, un mueblecito que contenía un centenar de volúmenes [núm. 181].
Santiago Eduardo Soulás, importante industrial hijo de franceses integrante del Grupo Soulás, fallecido en 1943, fue un destacado coleccionista de muebles del siglo XVIII, de los más finos ebanistas franceses, entre ellos uno del ebanista de Luis XV, una suite de sillones de Jacobs, y poseía un Utrillo, en su residencia de Ortiz de Ocampo 2864. Adquirió los Salmos de David [París, 1702], en cuya hoja de guarda lleva el ex libris heráldico de HRS la princesa Sofía, quinta hija del rey Jorge III de Inglaterra y con ex libris manuscrito de Françoise Luise de Baume Leblanc, y también un álbum con dibujos originales de la emperatriz Eugenia de Montijo, y de Frederic de Bazancourt, entre otros, y algunos grabados ingleses, que perteneció a Napoleón III [números. 30 bis, 102, 106, 125, 130, 156, 159, 176, 182, 184 y 187].
Otros coleccionistas adquirentes de lotes subastados fueron Juan Manuel Acevedo [núm. 226 y 227], Ricardo Becú [núms. 191, 209,210], Armando Braun Menéndez [núm. 28], C. Dorwall [núms.19, 20, 101,135, 136 y 142], Luis Elizalde [núm. 298] Máximo Etchecopar [núm. 96], Raúl A. Rosarivo [núm. 60], Carlos Rubio Egusquiza [núms, 51, 206 y 224] traductor y poseedor de una rica biblioteca americana rematada por J. C. Naón en 1957, con un catálogo de 130 páginas; Carlos del Solar Dorrego [núm. 236] y Horacio Zorraquín Becú [núm. 113].
Y no faltaron conocidos comerciantes de libros y arte: Gerardo Fernández Blanco [lotes 303 y 308], Domingo Viau [números 291, 292, 295 y 296], Sr. Henniot, gerente de Wildenstein en Buenos Aires [números 88 y 94].
El resto de los compradores están referenciados o bien por su apellido, o por solamente su nombre o iniciales, por lo que es de suponer se trataba de los infaltables habituales concurrentes a subastas, bien conocido en ese ambientes, que compraban en comisión para terceros que no deseaban ser identificados o para su reventa al mejor postor o a interesados determinados.
Identificados por el apellido: Codino [lote 131], Colina [núm. 183], S. Córdoba [122], Costa [192 y 304], Emery [núm. 165], González [números 238, 242 y 250], Hubert, «parece que compró para Antonio Santamarina» anota Bullrich [números 131, 140, 152, 170, 171, 180, 201, 205, 222 que lleva núm. 229 por errata en el catálogo, 226, 272, 289, 302 y 304], Ibáñez [núm. 126], Kaiser [312], Kraft [números 32, 43 y 60], Lasalle [265, 266, 267, 269, 270, 274, 278, 283 y 311], Martínez [254, 257 y 284], Sra. de Molina [186, 199 bis, 219, 233, 248, 264, 276, y 313], Morea [46, 47, 68 y 83], Peña [números 231 y 255], Rivas [ 128,167, 172, 175, 196 y 199], Rondo [15 y 147] y Suárez [lote 38].
Los Identificados solamente por el nombre: Alejandro [núm. 198], Alfredo [núms. 246 y 300], Antonio [núms. 84, 120 y 124], Carlos [núm. 239], Carlos Alberto [núm. 157], Eduardo [núms. 164, 251 294 y 297], Emilia [núms. 253 y 256], Emilio [núm. 87], Francisco [núms. 53, 80, 286 y 385], Gerardo [núm. 29], Hugo [núm. 112], Juan [núms. 202, 221, 228, 234, 244 y 275], Lorenzo [núm. 81], Luis [núms. 232 y 280], Ricardo [núms. 7, 37 y 92], Víctor [núms. 18, 36, 82, 161, 190, 214, 218, 277, 281 y 282].
Identificados solo por las iniciales: K.P. [números 158 y 208], M.I. [números 169, 229, 241 y 306] y M. [núm. 230].
En la lista se mencionan 26 lotes del catálogo que no fueron vendidos.
Fueron retirados de la venta los números 108, 160, 245 y 263. Errázuriz retiró los dos catálogos de la venta de la biblioteca de los hermanos Goncourt, con anotación de los precios y un ejemplar de la 5ª. edición de La Gloria de Don Ramiro, dedicado por Enrique Larreta en octubre de 1932. También y para obsequiar a Eduardo J. Bullrich las Matinées senonoises ou proverbes francoys del abate Thuet [París, 1789] en cuya página de guarda había un largo autógrafo de Jean Jacques Rousseau, autenticado por el librero británico Leigh Sotheby. Este libro había sido adquirido en 1901 por Miguel Cané, quien lo obsequió al Dr. Lorenzo Anadón, que fuera embajador argentino en Chile, luego vendido en la casa Naón, con carta de Anadón de 21 mayo de 1927. Cabe agregar, al respecto, que en el catálogo de 1942 era «uno de los libros más codiciables de esa biblioteca» [p. 79].
No tuvieron comprador los números 3, 5, 10, 17, 23, 27, 30, 34, 40, 50, 89,91,143,193, 243, 252,29 y 287. El núm. 30 era el manuscrito original de la novela Sangre y Arena [2 tomos de 782 páginas escritas de un solo lado] concluido en marzo de 1908, del novelista español Vicente Blasco Ibáñez, autor cuyos manuscritos fueron adquiridos por Huntington para la biblioteca de la Spanish Society of America, pero antes de esa venta Blasco le dio a Errázuriz la posibilidad de adquirir uno a su elección, por lo cual este no fue a los EE. UU.
Refería Pepita Errázuriz a los visitantes de su casa de Marcelo T. de Alvear 1721 [antes Charcas], frente a la plaza Rodríguez Peña, que los libros remanentes de la venta fueron enviados a la estancia Ancalú [6].
Hubo una segunda venta, bastante posterior, con un catálogo muy modesto [7], sin anotaciones, pero no tuvo mayor éxito, y cada tanto aparecen ejemplares sueltos con el ex libris de Errázuriz.
Las Memorias de Matías Errázuriz
Muchos recuerdos y episodios, gratos e ingratos, ridículos y graciosos ocurridos en el desempeño de las misiones diplomáticas de Errázuriz son recordados en sus memorias, parte de las cuales vieron la luz en la prensa chilena, con el título Páginas arrancadas a unas Memorias [8]. El genealogista e historiador trasandino Carlos Javier Larraín de Castro, que fue miembro de la Academia Chilena de la Historia ha referido en 1964: «Matías Errázuriz nos legó todos sus papeles y entre ellos sus “Memorias” en una cláusula expresa de su testamento y nos dio plena facultad para disponer de ellos. Por razones especiales no hemos podido todavía dar cumplimiento a sus encargos» [9]. Larraín fue el albacea de Errázuriz [10].
Pero ¿cuáles serían esos encargos de última voluntad a que alude? Posiblemente entre los papeles que pertenecieron a Larraín, fallecido en 1973, estén las memorias completas e inéditas de Errázuriz, o al menos alguna clave para establecer el destino que tuvieron, o de su paradero actual, de conservarse.
Notas
1] Antonio Pérez Valiente, La casa de Errázuriz-Alvear, en Plus Ultra, año 3, núm. 29, Buenos Aires, 1918.
2] El marchand José Artal [1862-1918], un contador catalán que realizaba ventas y comisiones en Buenos Aires, entre 1888 y 1913, y tomaba encargos para Sorolla, tuvo trato comercial asiduo con Errázuriz y si bien reconoce que era «una bella persona», lo califica comercialmente como «intratable», incumplidor de plazos y pagos adeudados, «un tanto egoistón», con rarezas, y creyente de que todo podía conseguirse «con mil duros». Tuve oportunidad de leer parte de la correspondencia de Artal sobre su clientela, de la que extraigo los conceptos entrecomillaos, en un manojo de fotocopias que hacen ya muchos años me facilitó “Chiquita” Oliveira Cézar de García Arias, cuando presidía FADAM.
3] «Sociedad de Bibliófilos Argentinos», en La Literatura Argentina. Revista Bibliográfica, año II, núm. 14, Buenos Aires, octubre de 1929, p. 48.
4] Catálogo de la Biblioteca de Matías Errázuriz. Prologado, anotado y ordenado por Eduardo J. Bullrich para la venta que ha de realizarse los días 10 y 11 de septiembre en Buenos Aires, Talleres Gráficos de Guillermo Kraft, 1942, XIX, 159 pp. Tiene 19 págs. de prólogo y 150 de asientos con comentarios, complementados con 12 láminas. Se tiraron dos ejemplares especiales en papel «Morro Leger», 300 en papel «Gramercy Bond» y 700 en papel «Antique».
5] Di a conocer la lista original en mi artículo La biblioteca de Matías Errázuriz, publicado en el Boletín del Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades, núm. 19, Buenos Aires, 1998, pp. [31]-40. Esta lista fue confeccionada con posterioridad a la subasta. Así se explica la referencia a los lotes adquiridos por Santiago Soulas, donde se ha indicado «hoy Monique Soulás de [González] Balcarce» hija del comprador; al referirse a Juan José Herrera agregó «fallecido ahora». Y no faltan contradicciones: el núm. 173 se atribuye simultáneamente a Luis Carreras Saavedra y a Rivas, el 283 a Eduardo Bullrich y a Lasalle, el 160 a Kraft y a Rosarivo, el 304 a Hubert y a Costa, y el 244 a Juan y a la Sra. Elías de Casás. A Francisco se atribuye el 385, cuando el catálogo finaliza con el 313. A Hubert se le atribuye el 272 que figura entre los que no se vendieron y a Juan José Herrera el núm. 160 que aparece como retirado de la venta y el 314 cuando el catálogo llega hasta el 313. Nada se ha indicado respecto de los núms. 11, 12, 13, 25, 56, 69, 71, 86, 111, 116,117, 118, 154, 166, 173, 204, 218, 247, 268, 271, 285, 299, 301 y 310.
6] Se trata de la estancia Ancalú, en San Gregorio, provincia de Santa Fe, cuyo parque con 180 hectáreas de pinos fue diseñado por el paisajista Fourquel.
7] Fotocopias del catálogo de la segunda venta me fueron aportadas tres lustros atrás por el ingeniero Orlando S. L´Huillier, conocido bibliófilo.
8] Solamente he leído uno de ellos titulado Recordando (Páginas arrancadas a unas Memorias). El Tratado Billinghurts-Latorre en El Mercurio, Santiago de Chile, 26 diciembre 1937, p. 3.
9] José Toribio Medina, Los Errázuriz. Notas biográficas y documentos para la historia de esta familia en Chile. Adiciones y ampliaciones por Carlos J. Larraín, Santiago de Chile, Talleres de Editorial Universitaria, S.A., 1964, p.312.
10] Errázuriz en su testamento encargó a su albacea Larraín la venta de su propiedad «Maricel» en Zapallar (Chile), casona de piedra rodeada por un parque, con avenidas, senderos y puentes, que abrazaban bosques y que moría en la playa, con la especial instrucción que quedara en manos de un artista y que no fuera parcelada, por lo que con esas condiciones se vendió al artista Mario Matta Echaurren.