Figuras del altiplano.
Magnífica obra de la artista austríaca radicada en Argentina en 1934. Temple sobre cartón, firmado. Medidas: 44 x 33 cm. Enmarcado. Obra reproducida en el catálogo de la exposición homenaje a Gertrudis Chale realizada por la Galería Bonino en 1956.
Dos mujeres del altiplano sedentes en el suelo terroso. Una, de perfil, se apoya sobre su mano, la otra, en cuclillas, la escudriña con la mirada. Pareciera ser madre e hija. Una mesa con un mantel y encima tres panes, unas piedras, una rama, las paredes de una vieja construcción y detrás la montaña árida completan la composición. Resolución sintética, ejemplar de la modernidad de Chale. Los pliegues de los textiles que cubren a la primera figura conforman una envoltura irreal, un movimiento autónomo de colores y formas. Escribió la propia artista que "Frente a cierto tipo de paisaje americano estamos en ambiente de «desmedida». El mundo fenomenal colinda aquí y hasta se yuxtapone con la creación arbitraria. Pintando tal ambiente trato de insinuar algo de su tamaño físico: lo vasto, lo inmenso, lo insólito. En vez de llenar mis cuadros los vacío hasta dejar solo lo más significativo. Odio el «motivo» decorativo. Donde se encuentra el paisaje más depurado, la pampa y la puna le halló sus más sobresalientes cualidades (1)”.
A propósito de esta búsqueda, escribe Mauricio Neuman: “Es su pintura de estirpe indoamericana, de clima hondo, presencia grave y pura, pintada con colores ocres, grises, azules, rojos, celestes, negros, naranjas y blancos, de dibujo sensible y lograda armonía. No es folklorista ni de viajera que narra. Es la pintura que no le teme a los muralistas mexicanos. Ambas son de la misma raza. Su casi fusión con el quechua andino la empapó de su esencia más íntima. Por ello, al expresarse logra la fuerza, la resonancia estética de lo americano, diciéndonos que quiere revelar el trasfondo de lo que no vemos en nuestra cultura argentina”. (2)
Gertrudis Chale (1898 - 1954), nacida en Austria, se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Viena para pasar hacia Múnich y Ginebra, donde perfeccionó una técnica de alto rigor, en ese tiempo especializándose en el diseño comercial para instalarse en París hacia fines de la década de 1920. En la "ciudad de las luces" trabajó en compañías publicitarias y se internó en su vida artística con autores de la talla de Picasso, Braque y Dufy. Pero autodefinida como una nómade, emigró hacia España, primero a las islas de Mallorca e Ibiza, y después a su tierra continental. Allí descubrió la magia del paisaje, que le provocaba una "exaltación desconocida hasta entonces", y luego de recorrerla, se embarcó hacia la Argentina, adonde llegó en 1934. La artista se instaló en Quilmes, zona limítrofe entre lo rural y lo urbano, aunque eso no la apartó del movimiento intelectual y artístico de la ciudad de Buenos Aires. La preocupación de Chale por la situación de desigualdad y marginación que vivían ciertas comunidades la llevó a participar también en movimientos surgidos en regiones periféricas. Colaboró en revistas como Ángulo, surgida en Salta. Estos vínculos y relaciones con otros entornos la llevaron a trabar amistad con artistas de temática indigenista como los peruanos José Sabogal y Julia Codesido.
Notas:
1. En Gertrudis Chale. Una pintora en el mundo andino. Años 1934 - 1954. Buenos Aires, Ed. Buenos Aires Latin american art, 2009, p. 47.
2. 2009, Ob. cit., p. 24.
| AUTHOR | GERTRUDIS CHALE |
|---|---|
| LOT | 4 |
| PRICE BASE | U$S 5500 |
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