Impulsados por la presentación de un nuevo libro, retornamos a este actor en el escenario argentino [1]. Con el título Los diarios de viaje de Karl Oenike con Ludwig Brackebusch en Argentina el Centro de Documentación de la Inmigración de Habla Alemana en Argentina [Centro DIHA] lo acaba de editar curado por Roberto Liebenthal e Inés Yujnovsky, con tres diarios hasta ahora inéditos de este pintor y dibujante. Oenike viajó por Argentina durante cuatro años, 1887-1891, con Buenos Aires como base, realizando periplos de exploración hacia el noroeste, a lugares más cercanos en Argentina y al Paraguay y Brasil.
Karl Oenike [1862-1924] procedía de una familia de fabricantes de carros y paró en Buenos Aires en la casa de un colega de su padre, un constructor de carros y carruajes, Wilhelm Carl Fehling [1837-1908], que había instalado un taller de carros en esta ciudad y cuyos hijos se destacaron más adelante como importadores de automóviles en el país.
Oenike había estudiado en la Academia de Arte de Berlín, con el profesor Karl Bracht, y después de realizar el servicio militar, en vez de hacer su grand tour por Europa, lo realizó en América del Sud.
En el primero de los diarios [10.9.1887 - 14.1.1888] toma nota de lo sucedido en el viaje por mar, de sus impresiones de costumbres exóticas, como la venta de leche a domicilio trayendo la vaca, y del pan, transportado a caballo, en Montevideo y Buenos Aires y de su primera excursión, a Córdoba.
En este primer viaje al interior llegó a conocer al geólogo y minerólogo Ludwig Brackebusch, entonces docente e investigador de la Universidad de Córdoba y de la Academia de Ciencias. Este lo invitó a compartir poco después su octava y última exploración geológica en los Andes.
Karl Oenike, Minas del Salado, provincia de San Juan. 1888. Fotografía: Gentileza Linden Museum.
El segundo diario comienza con el encuentro con Brackebusch en San Juan y lleva hasta el regreso de este viaje. La expedición duró del 15 febrero al 10 de junio de 1888. Se realizó en las provincias de San Juan, La Rioja, Catamarca y Salta, desde donde emprendieron el retorno a Córdoba el tren, que a la sazón terminaba en San José de Metán. El trabajoso viaje por los Andes incluyó una visita a las minas de plata De la Lagunita en los altos cerros de San Juan, de cuyo funcionamiento más tarde realizaría una descripción Brackebusch, editada en 1892 en una revista de geografía. Una obra que más de cien años más tarde fue traducida al español por Ricardo Alonso y Alfredo Tomasini con el título La vida del minero en la República Argentina [2]. Los grabados del joven Oenike, que ilustraban ese texto, también se reeditaron en la versión al español.
En el trayecto de esta expedición se pasaba por la zona de las curiosas «penitentes», formaciones de hielo que sugieren este nombre, de las que Oenike realizó dibujos y más tarde, grabados. También los viajeros se internaron en el cañón de Talampaya, un paraje en La Rioja que hoy se convirtió en gran atracción turística, del que también sobreviven dibujos de Oenike. Son dos temas muy particulares de la geografía argentina que probablemente no documentó ningún viajero antes de él.
La segunda expedición, reflejada en el tercer diario, la realizó Oenike acompañado solamente por un criollo que ya había sido conchabado para la expedición anterior. Pasaron por las fascinantes yungas en el bajo occidental de la provincia de Salta, donde Oenike realizó dibujos de la zona y de plantas y de la que existe un óleo –realizado más tarde, pero que posiblemente siempre quedó en Argentina– del Río de las Piedras, hermosísima obra que no da cuenta de las penurias de insectos ni de la molesta humedad, ni de los achaques de fiebre que sufrió el joven pintor en ocasión de este viaje, emprendido sin tomar en cuenta la estación de lluvias de la región. Debido a estas inclemencias, la expedición concluyó cuando las inundaciones impidieron proseguir hasta Orán, que era su meta original.
En la zona selvática de Salta el pintor llegó a una mayor cantidad de sitios habitados, donde tuvo contacto con criollos, pero también con alemanes e ingleses que se habían establecido en la zona o que trabajaban en la construcción del ferrocarril o en el ingenio azucarero San Isidro y con los que congeniaba, de forma que las vivencias son muy diferentes de las acaecidas en las alturas de los Andes durante la expedición con Brackebusch. En aquel trayecto realizado con el geólogo y un ayudante participaron a veces baqueanos u otros acompañantes, pero hubo pocos contactos con gente lugareña o asentada. En cambio, en este viaje por Salta en varias ocasiones se lo invita a participar de la vida social.
El libro editado da cuenta de estudios y contactos que se llevaron a cabo alrededor de los materiales presentados. Material introductorio por Ricardo Alonso, Regula Rohland y los dos editores dan su relieve a la figura de Oenike. Notas explicativas y mapas con los recorridos, uno de ellos elaborado por Liebenthal, el otro más antiguo [usando un mapa de Brackebusch de la Argentina de 1885], ayudan al lector a ubicarse en la geografía de los largos periplos de los que dan cuenta los textos. También se realizaron en sendos anexos listas de los nombres de personas que se encontraron en las dos expediciones y con listas de las fotos que se hicieron, de las que la mayor parte lamentablemente se ha perdido.
Finalmente es interesante que desde 2023 en adelante se está realizando una exposición itinerante con dibujos y fotos de los viajes de Oenike en Sudamérica, en excelente reproducción fotográfica. Como se vio en esta revista, ha sido presentada en el Club Alemán de Buenos Aires [3] y se llevó el año siguiente al Museo Nacional José Evaristo Uriburu en Salta, al Centro Cultural Federico Gauffin de Metán [a 150 km al sur de la ciudad de Salta, la base de su segunda expedición], y ahora se está exponiendo desde el 24.6.25 en el Museo Casa de San Martín, en Mendoza. Se ha exhibido en varias de las escuelas alemanas de Buenos Aires, y se exhibirá en otros lugares, incluyendo el Museo del Barro -Asunción del Paraguay-, dando relieve a este viajero, cuya obra hasta ahora había quedado desconocida.
La mayoría de lo que por ahora se conoce de la obra de Oenike de temas argentinos está depositado en un museo etnográfico, el Linden Museum de la ciudad de Stuttgart en Alemania, donde quizás todavía aparecerán más de sus obras, tanto dibujos como fotografías. Solamente 13 de las fotos de estas expediciones en Argentina [sobre 164 tomadas] y un conjunto de unos 97 dibujos se han encontrado en Stuttgart hasta ahora. Se conservan más materiales del artista referidos a Sudamérica, ante todo grabados en sus propias publicaciones o en artículos ajenos, y postales basadas en grabados, en parte según originales ajenos.
Después de su regreso a Berlín, alcanzó renombre como paisajista y pintor de obras por encargo, representando castillos, obras cívicas y escenas históricas. Esta etapa fue analizada por Roberto Liebenthal -bisnieto del pintor- en un artículo. [4]
En el libro recién editado se publican por primera vez los diarios de estos singulares viajes al noroeste argentino. Los textos fueron vertidos al castellano por varios traductores, entre los que descuella Roberto Liebenthal, cuyas investigaciones genealógicas de su familia lo llevaron a una elaboración intensa de las fuentes y finalmente a sacar del olvido a este pintor. El libro contiene además uno de los ocho artículos escritos por Oenike con relación a su gran viaje [5], en el que describe la primera de las dos expediciones, suprimiendo en la amena representación todos los sufrimientos y penurias por las que, como muestran los diarios, habían pasado los expedicionarios, en forma similar a lo que sucedió con el óleo del Río de las Piedras.
Con este artículo en Hilario, además de divulgar la obra de este pintor, nos interesa saber si hay coleccionistas con obras de Oenike en la Argentina. Por ejemplo, el Banco de la Nación Argentina posee un hermoso cuadro de la Catedral, la Plaza de Mayo y el frente del propio banco, realizado por Oenike. Sabemos además que ha publicado sus litografías en «El Sud Americano» [1889-1891]. Nos interesa recibir cualquier información sobre obras o fotografías de este artista en la Argentina, para completar nuestro relevamiento de su obra.
Agradecemos contactar a robertoliebenthal@yahoo.com o al Centro DIHA.
Notas:
1] Regula Rohland, “Karl Oenike, un dibujante alemán desconocido y sus viajes por Argentina”. VER
2] Luis Brackebusch. La vida del minero en la República Argentina. [Salta: Mundo editorial, 2013].
3]Véase R. Rohland en: Hilario 34 [2023].
4] Liebenthal, Roberto. Cuadernos del Archivo. Publicaciones del Centro DIHA No 11-12 (2023): 92-105.
5] Traducidos al castellano, con introducción y numerosos dibujos y fotografías, se editaron en el Cuadernos del Archivo. Publicaciones del Centro DIHA No 11-12 [2023]: 88-145.